El otro día tuve una visita "sorpresaaa", muy grata, y que no me esperaba para nada...

Se trata de un antiguo compañero de clase, en el cole; no lo está pasando nada bien, hace un par de meses le diagnosticaron leusemia, que es cáncer en la sangre, es una enfermedad muy chunga ya que para su cura se necesita un donante que haya estado acostado en una cama boca-abajo, durante un mes, tener un hermano para las células compatibles, o transfuciones de sangre casi a diario.

Esa era la parte triste, la feliz viene ahora, resulta que ese niño era un "kinki" en toda regla, y lo seguirá siendo siempre; lo mejor de todo es cuando lo ves y sigue igual de feliz, sigue con esa sonrisa, que a mi me enamoró en su época y que hoy la conserva, no conserva el pelo, porque no puede ,pero la sonrisa siempre la tiene; cuando voy a visitarlo al hospital, muchas veces me embajona verlo ahí, de esa manera, pero sé que viéndome a mi triste no lo ayudo y cambio de cara, y si no lo hago yo, lo hace él, porque siempre sabe como sacarme una sonrisa.

Estábamos en mi casa, la mar de aburridos en el "tuenti" y no sabiamos que hacer y decidimos ir a pasear; en ese momento me dio mucha pena, porque no sale de casa sin su gorra nike, le da vergüenza que le vean la cabeza sin pelo; aunque él se rie y me suelta-"yo ya me acostumbré chica, si no tengo ni pelo ahí abajo, que más me dará no tener en la cabeza...".
Ya en el parque fue mejor, cogimos sol, jugamos en los columpios como cuando eramos pequeños, pero de nuevo todo se puso gris; no puede correr ni hacer esfurzos porque se aficcia, su metabolismo está débil de la quimioterapia y de las continuas transfuciones. Ahora, como le des algo de comer, para eso no está enfermo; lleva una dieta bastante estricta, pero se la salta continuamente.


Aun le queda mucho por pasar...







* No audites la vida. Sólo llega y aprovéchala al máximo hoy.